

Francisco Rivera Quintero: “El Zorro”

En el corazón del norte nicaragüense, en el humilde barrio El Zapote de Estelí, nació el 4 de octubre de 1954 Francisco Rivera Quintero, conocido por el pueblo y la historia como “El Zorro”. Criado en el seno de una familia trabajadora, marcada por la lucha y la dignidad, Francisco heredó de su madre, Virginia Quintero, una profunda sensibilidad humana y de su padre, Marcos Rivera, una actitud desafiante frente a la dictadura somocista. Desde pequeño expresó su admiración por el General Sandino, sembrando en su interior una llama que más tarde lo llevaría a convertirse en uno de los estrategas revolucionarios más brillantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
A los 16 años, Francisco fue contactado por el comandante René Núñez, quien lo integró formalmente al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Desde entonces, su vida cambió para siempre, en 1972 pasó a la clandestinidad, siendo enviado a Cuba, donde recibió formación militar en técnicas de guerrilla, estrategia militar y liderazgo revolucionario. De regreso en Nicaragua en 1973, se unió a las columnas insurgentes en la zona norte del país, bajo la orientación del comandante Carlos Agüero. Su habilidad táctica, disciplina y capacidad de organización pronto lo colocaron como uno de los cuadros más destacados del movimiento revolucionario.
Con un compromiso inquebrantable, “El Zorro” participó en la organización de focos guerrilleros en León y Estelí, siendo pieza clave en la conformación del Frente Norte “Carlos Fonseca Amador” en 1977; su liderazgo se consolidó al ser nombrado responsable de la Regional Norte del Frente Sandinista de Liberación Nacional, cubriendo zonas estratégicas como Matagalpa, Jinotega y Nueva Segovia; desde allí articuló un sinnúmero de acciones armadas, logísticas y políticas que sirvieron como punta de lanza en la ofensiva final contra la dictadura somocista.
Francisco Rivera fue el comandante principal de las tres insurrecciones populares que liberaron Estelí. El 9 de septiembre de 1978 encabezó la Primera Insurrección, que demostró la capacidad organizativa del FSLN en las zonas urbanas. Luego, el 8 de abril de 1979, lideró la Segunda Insurrección de la heroica Estelí, que nuevamente se levantó para unir esfuerzo y lograr el derrocamiento del régimen somocista. Finalmente, entre el 14 de junio y 16 de julio de ese mismo año, comandó la Tercera Insurrección, considerada decisiva en la caída de la dictadura. La ciudad de Estelí fue liberada y se convirtió en símbolo de resistencia, heroísmo y victoria popular, bajo el mando de un joven comandante que no conocía el miedo.
Tras el triunfo revolucionario del 19 de julio de 1979, Rivera fue uno de los fundadores del Ejército Popular Sandinista (EPS). Ocupó el cargo de Jefe de la I Región Militar y luego Jefe de las Tropas de Guarda fronteras. Fue también delegado a la Academia Militar “Máximo Gómez” en Cuba, y posteriormente integró la Dirección Política Central del EPS. Su formación no solo fue técnica, sino profundamente ética y popular. En 1989 se retiró del ejército y pasó a una nueva trinchera, la Asamblea Nacional, donde se desempeñó como diputado del Frente Sandinista de Liberación Nacional entre 1990 y 1996.
Francisco Rivera falleció el 26 de julio de 1998 en su ciudad natal, tenía apenas 43 años, pero había vivido con una intensidad inigualable, su muerte fue un golpe para el sandinismo, pero también un momento de reafirmación de su legado. El pueblo recuerda su carácter humilde, su sonrisa y su voz firme. Desde entonces, cada 26 de julio se honra su paso a la inmortalidad, su memoria como símbolo de compromiso, entrega y amor al pueblo nicaragüense.
Francisco “El Zorro” Rivera es recordado como patrimonio y héroe de la Revolución Popular Sandinista; su legado inspira a las nuevas generaciones en la defensa de la soberanía, la justicia social y los derechos del pueblo. Su ejemplo trasciende lo militar y lo político, es la representación de una juventud valiente, decidida y profundamente humana, capaz de transformar la historia con coraje, humildad y visión.